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Después de un largo día, tumbarse en la cama es un verdadero placer, pero ¿te ha pasado que no logras tener el descanso reparador que esperabas? Una situación frustrante y algo difícil de comprender si tienes tantas ganas de dormir.
Te compartimos algunas de las causas más comunes que no permiten dormir bien, aunque tengas sueño, para que puedas comprender mejor tu situación y saber que hacer.
El estrés y los malos hábitos del sueño son las principales causas del no poder dormir.
La mayoría de las personas suelen padecer de insomnio por estrés.
Consultar con un especialista es recomendable en caso de que el no poder dormir afecte significativamente tu vida.
Hay varias posibles razones del porque en ocasiones se tiene problemas para conciliar el sueño. Aquí te presentamos algunas de las más comunes:
A veces, aunque se tenga mucho sueño y ganas de dormir, sino se tiene las condiciones adecuadas para ello se dificulta el proceso. Es decir que una de las principales causas de esto está relacionado con agentes externos.
Uno de ellos es un equipo del descanso con productos de baja calidad y/ o en mal estado. Y si bien, suele tratarse del colchón o la almohada, hasta la ropa de cama es importante, procura usar un juego de sábanas acordé a la temperatura del ambiente y complementa con el uso de una pijama confortable para tu cuerpo.
Una habitación desordenada y poco higiénica resulta un obstáculo en la relajación y el sueño reparador, por lo general. Debido a que hay varios factores inquietantes: saber que está pendiente la organización del dormitorio, preocupaciones por insectos y otros animalitos peligrosos y falta de confort si se tiene cosas acumuladas en el colchón.
Por otro lado, una fuerte iluminación se relaciona con la vigilia según el procesamiento del cerebro. Por eso, no se recomienda mantener una abundante luz en la habitación; incluso la luz de ciertos aparatos, como el móvil, puede ser contraprudencial.
A la vez, el ruido también puede perturbar el sueño, siendo excepciones los ritmos más suaves, algún ruido blanco, música clásica o sonidos de la naturaleza.
Es muy común que una persona carezca de descansos reparadores si tiene malos hábitos del sueño. No basta con dormir temprano algún día de la semana, evita trasnocharte con frecuencia para que tu organismo no se adapte a dormir tarde y tengas dificultades para conciliar el sueño y te sientas cansado todo el día.
Otro hábito que obstaculiza conciliar el sueño es dormir demasiado tiempo, es decir levantarse tarde por la mañana y hasta superar las 11 horas de sueño. Ya que, a pesar de estar cansado, al tener tanta energía por el elevado tiempo, seguramente terminarás dando vueltas y vueltas en el colchón.
La siesta son recomendables en muchos casos, sin embargo hay que cuidar no excederse con el tiempo y no hacerlo de las 18 horas en adelante; siempre ten a la mano un reloj o despertador. Debido a que, si bien es habitual despertarse con sueño, será más difícil dormirse por la noche cuando sea momento de ir a la cama.
En la actualidad para muchas personas es complicado evitar estas situaciones, porque los viajes y turnos de trabajo pueden obligar a tener malos hábitos del sueño. Si es tu caso, procura en la medida de lo posible cumplir con un buen horario y evita las bebidas energéticas y la cafeína para no perjudicar aún más el descanso.
Cuando se está atravesando una serie de problemas o se tiene una situación que genera mucha preocupación, las personas suelen tener dificultades para dormir. Usualmente a este cambio se le suma una serie de síntomas, como tensión y estrés, que contribuyen al malestar que afecta la salud mental.
Si bien esto puede pasar por circunstancias inevitables en el día a día, también ciertas personas sufren una situación similar al tener demasiado cosas negativas en mente al ir a la cama.
De hecho, hay quienes acostumbran a repasar el día al acostarse y esto evita desconectar a la mente para descansar. Un efecto similar sucede cuando la persona hace la planificación del día siguiente al estar en la cama.
Cuando por diferentes factores por varias noches se tiene un descanso de baja calidad, la ansiedad ante la situación repetitiva aparece entre las preocupaciones. Por lo que, a la vez la propia situación termina causando angustia en la persona prolongando el malestar y aumentando la dificultad.
Muchas veces las personas en algún punto de la vida llegan a sufrir de insomnio, este se refiere a la dificultad para conciliar el sueño y mantenerlo o incluso de sentir que no se tuvo un sueño reparador de calidad.
A dicho problema también se le llama a veces insomnio primario y a su vez, según las características del caso puede clasificarse en dos tipos. El primero de ellos es el insomnio idiopático que se desarrolla cuando no se adquieren buenos hábitos del sueño, por lo que se origina en la infancia.
El siguiente tipo es el insomnio psicofisiológico que se presenta cuando hay un elevado nivel de activación psicofisiológica en relación a la conciliación del sueño. En este caso la gran preocupación generada por la problemática del sueño en el durmiente, sumado a sus esfuerzos para lograr superarlo cada noche, se hace evidente.
Mientras que a aquellos casos donde se encuentra un obvio motivo del insomnio se le denomina comórbido. Considerando así el especialista sobre todo su origen o causa para determinar un tratamiento, trastornos relacionados y las consecuencias que se puedan generar a partir de ello.
Los expertos han encontrado que existen diferentes plazos cuando se trata de insomnio, debido a ello se puede hablar de tipos de insomnio según su duración. El primero es el agudo que perdura menos de 30 días y suele desarrollarse por agentes estresantes, la mayor parte de la población suele sufrir de este.
Cuando el insomnio llega a durar de 1 a 3 meses se denomina “subagudo”o de corto plazo. También, se relaciona con el estrés, sin embargo ligada a situaciones o sucesos de vital importancia para la persona. Otra característica es que el acontecimiento que generó el insomnio suele mantenerse por un tiempo considerable.
Una última posibilidad es que padezcas de insomnio por un lapso de mínimo 3 meses, es decir si se mantiene por ese tiempo o lo supera, se trata de un trastorno del sueño crónico. Para cumplir con los criterios de este insomnio a largo plazo se debe tener un mal descanso al menos 3 noches en una semana, ya sea para conciliar el sueño o mantenerlo sin microdespertares.
En definitiva la falta de un buen dormir por cualquier motivo termina siendo un problema considerable para cumplir las actividades de rutina en casa u otro lugar. Síntomas como la sensación de cansancio y somnolencia se vuelve algo necesario a solucionar para cuidar la salud.
Por lo tanto, lo primero es mantener buenos hábitos del sueño, cumplir con un horario para dormir adecuado y en un ambiente agradable. Ten en cuenta incluso el tiempo previo al ir a la cama para buscas la sensación de relajación sin recurrir a dispositivos que reflejen luz, como el móvil, y sustituye por algún libro Así tu cuerpo se irá preparando para dormir y el estrés del día podrá reducirse para que no afecte el sueño.
Otras recomendaciones suele ser hacer ejercicio de respiración o yoga, por ejemplo, si tienes problemas para dormir. Ahora, si aún siguiendo estos consejos sigues teniendo grandes problemas para descansar satisfactoriamente, no dudes en consultar con un médico.
Hay muchas razones que pueden generar un mal descanso, desde dormir una cantidad de horas insuficiente hasta tener algún trastorno del sueño. En un principio la recomendación es la revisión de las situaciones planteadas para saber cuál es el problema a solucionar y su dificultad.
Así puedes realizar el cambio necesario en tu día a día para mantener un mejor descanso, en base a los resultados obtenidos, podrás decidir si es necesario recurrir a un médico; aunque, mantener una buena higiene del sueño nunca está demás.
Te ayudamos a dormir...