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Después de una larga semana o estudiar toda la noche por un examen es normal tener pereza o sueño en el día, pero ¿qué sucede si experimento esto con frecuencia o no logro dormir en la noche? Podrías estar presentando síntomas de una patología del sueño y por eso, vamos a conocer sobre las posibles causas del malestar y saber cuándo pedir ayuda al médico.
Un estilo de vida inadecuado, un ambiente y cama poco confortable dificultan el descanso reparador.
Se debe poner atención a todo síntoma que se presente para descartar cualquier posible patología.
Acudir a un especialista ante episodios recurrentes de somnolencia excesiva y otros malestares es recomendable.
Siempre se suele hablar sobre las horas de sueño que debemos cumplir para mantenernos saludables. En un principio ese período de tiempo es muy extenso y a medida que las personas crecen se va reduciendo. En vista de ello, se puede establecer las horas recomendadas para cada etapa de la vida o edad de la siguiente manera:
Bebés 11 – 14 horas.
Niños 9 – 15 horas.
Adultos 7 – 8 horas.
Adultos mayores 6 – 7 horas.
Ahora, si bien es cierto que cumplir lo mínimo recomendado es lo ideal, la calidad de ese tiempo es vital, lo cual a veces se confunde entre sí. Un ejemplo sencillo para diferenciarlos es recordar esos días en que a pesar de dormir el tiempo suficiente, nos levantamos igual de cansados. Eso sucede cuando se cumple con cantidad y no la calidad del sueño, lo que implica la ausencia de un descanso reparador.
La reducción de la calidad del sueño se ve causada por la interrupción del ciclo del sueño en primer lugar. Pero, es necesario entender que a su vez esto puede suceder por múltiples factores que terminan generando la aparición de los bostezos frecuentes y el cansancio durante el día.
Tener un ambiente no confortable para dormir es un factor común en estos casos. Como sucede cuando estamos en épocas con altas temperaturas o que hace mucho frío, sin embargo también puede suceder con otros elementos aislados del clima, como ruidos o cambios de luz por una televisión encendida.
Dormir en un colchón en malas condiciones o que no corresponden con nuestras necesidades físicas y preferencias también pueden afectar. Otra situación común en relación a ello es dormir en pareja en una cama muy pequeña o con un colchón que transfiere los movimientos, lo que causa una constante interrupción del sueño.
Así como estos casos, hay muchos otros que pueden perjudicar la calidad del descanso, como irse a la cama estresado o ansioso. Ya que, todo ello dificulta la conciliación del sueño o favorece los microdespertares, dando paso al sueño persistente durante el día.
En la actualidad se han detectado múltiples causas patológicas del sueño excesivo, de hecho hay más de 90 que están relacionadas directamente con el sueño. Por eso, es importante que las personas estén atentas si solo tienen dificultades momentáneas por dormir en una cama incómoda, por ejemplo, o si existe posiblemente algo más.
Hay varios síntomas que podrían generar sospechas de padecer algún trastorno del sueño. Algunos son muy básicos y conocidos, como dificultad para conciliar el sueño y tener somnolencia en el día. Pero, existen otros que pueden presentarse que generen mayor confusión:
Dolor muscular por la mañana.
Ronquidos.
Alteración de la conducta habitual.
Palpitación y/ o sensación de ahogo al despertar.
Arritmia cardíaca.
Presión arterial elevada por la mañana.
Si bien como se ha mencionado varios síntomas pueden aparecer al despertar, muchas veces es complicado para las personas relacionar todo con porque tengo tanto sueño. Por eso, si presentas algunos de estos malestares o crees tener un trastorno del sueño, no dudes en consultar un especialista.
Es habitual que cuando tenemos sueño durante el día digamos que tenemos somnolencia y se le echa la culpa de todo a este problema. Sin embargo, es menos frecuente detenernos a pensar si es realmente esto o algún trastorno y que implica una cosa u otra.
Por eso, hay que empezar por identificar que es la somnolencia en sí, esta se suele presentar junto otros síntomas:
Pesadez.
Cansancio.
Torpeza motora y sensorial.
Sueño.
Dificultad para memorizar y concentrarse.
Alteraciones en el estado del ánimo.
Dificultad para realizar las tareas del día a día.
Pero, si durante el día tienes facilidad para dormirte en momentos pocos comunes o cuándo habitualmente una persona debe estar alerta o en vigilia, es señal de que posiblemente es una hipersomnia.
Es un exceso de somnolencia que se presenta en el día y si bien hay varios tipos, la hipersomnia no implica la falta del sueño nocturno y no ofrece un descanso reparador diurno, pero si hay una constante sensación de cansancio en los pacientes.
Dentro de la extensa lista de enfermedades o trastornos del sueño, hay algunas que se suelen presentar con mayor frecuencia, como las siguientes:
Insomnio: Se tiene dificultades para dormir el tiempo suficiente o conciliar el sueño y así tener un descanso reparador. Puede tener un origen psicológico o fisiológico, pero de una forma u otra, el insomnio llega a perjudicar la recuperación de la energía de la persona y causar somnolencia diurna excesiva.
Apnea del sueño: Se caracteriza principalmente por la interrupción repetitiva de la respiración por unos segundos o minutos durante el descanso. Hay otros síntomas que la apnea del sueño suele causar, como ronquidos, dolor de cabeza, asfixia al dormir y problemas de concentración.
Narcolepsia: Sucede cuando el cerebro tiene dificultades para controlar los ciclos del sueño y la vigilia. Algunos de sus síntomas son interrupciones en el descanso nocturno, gran somnolencia diurna y episodios repentinos de sueño. Es tal su impacto que suele desencadenar otros problemas en el paciente, como la parálisis del sueño y la cataplexia.
Síndrome de Kleine – Levin: Causa que las personas necesiten dormir hasta 18 horas al día, afectando principalmente a los hombres. Esto puede ocurrir de forma anual o hasta 10 veces al año, por periodos que abarcan días o semanas.
La alimentación impacta en la salud del cuerpo, si no comes correctamente puedes sentirse agotado y fatigado. Lo cual es común con dietas ricas en harinas refinadas, grasas y azúcares, pero carentes de nutrientes.
También, un paciente que cumple algún tratamiento con medicamentos farmacológicos puede presentar efectos secundarios, como niveles de cansancio superiores a lo normal. Esto se suele presentar en medicamentos para trastornos mentales, como la depresión o reducir el estrés.
Una persona que padece de anemia no tiene suficientes glóbulos rojos sanos que permitan el correcto funcionamiento de los tejidos, como consecuencia se suele presentar palidez, debilidad y fatiga. Esto puede generarse a la vez por la deficiencia de ácido fólico o hierro.
Enfermedades que causan alteraciones en ciertos procesos, como problemas de tiroides y la diabetes, así como las relacionadas con la fatiga, son motivo frecuente de la hipersomnia. La fibromialgia es un ejemplo de ello, que entre sus síntomas típicos está el dolor muscoesquelético del cuerpo y puede generar dificultades cognitivas, dolor de cabeza y hasta trastornos del sueño.
Por su parte, la depresión a pesar de ser un problema de salud mental, también puede perjudicar el descanso. Porque afecta la serotonina y la norepinefrina (neurotransimores) que contribuyen con la regulación del ciclo del sueño.
Mientras que las personas que padecen de ansiedad llegan a tener somnolencia o problemas para dormir por tener constantes preocupaciones y estrés.
Ahora sabemos que presentar mucho sueño puede deberse a múltiples razones, desde una cama inadecuada hasta trastornos del sueño. Por eso, es imprescindible poner atención a que actividades realizamos, el estilo de vida que llevamos y síntomas que presentemos.
De esa manera, se hace más fácil identificar si puede tratarse de una situación transitoria por malos hábitos o algo de mayor gravedad, como las hipersomnias. Si crees que puedes estar presentado algún síndrome o situaciones como las mencionadas, no dudes en acudir con un especialista de confianza para encontrar posibles soluciones y aumentar tu calidad de vida.
Te ayudamos a dormir...