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Siempre que se tienen varias opciones de un producto del descanso como el colchón, es abrumador elegir, ¿cuál es la opción correcta? Cuando se trata de los tipos de almohadas es igual, no es tan sencillo como seleccionar al azar. Porque cada una tiene características diferenciadas, que la hacen mejor para determinados perfiles de durmientes.
Por eso, para que en tu próxima compra tenga una mayor probabilidad de acertar, te compartimos esta guía sobre los tipos de almohadas en base a su material y uso. Así descubrirás las diferencias entre cada una y cual es más conveniente para ti según tus características y necesidades para conseguir un buen descanso junto a tu colchón.
Constantemente se habla sobre el nivel de firmeza de los productos del descanso, como los colchones y almohadas, pero hay otro aspecto vital: el material. La composición define en buena parte, cómo serán las características del artículo.
No será igual dormir con una almohada hecha con espuma a una de plumón, por ejemplo. Y más allá de ver la diferencia de calidad, es importante considerar que según las necesidades del durmiente puede ser mejor una u otra.
En la actualidad, se consigue una considerable diversidad de materiales en los diferentes tipos de almohadas, lo que facilita encontrar una que se ajuste mejor a tus preferencias.
Las almohadas de este tipo están fabricadas con poliuretano, el cual procede de árboles. Son de las opciones más comunes a encontrar en el mercado, ya que en general mejoran el descanso e incluso benefician a quienes padecen de apnea o roncan al dormir.
Entre otras propiedades de las almohadas de espuma está que no se deforman con facilidad, aunque esto no impide que tengan una buena adaptación a la cabeza y el cuello. Adicionalmente, tienen una cubierta especial que permite generar retardo ante el fuego.
No obstante, se debe considerar que el poliuretano de la almohada emana un olor químico que puede llegar a ser muy molesto. Aunque, más allá de lo desagradable que puede resultar, este expulsa toxinas que resultan un riesgo para la salud del durmiente.
Los problemas generados por el olor químico de la espuma de la almohada puede ocasionar situaciones como malestar general, inconvenientes a nivel nasal y de la garganta e incluso llegar a presentar irritación ocular y reacciones alérgicas.
Por lo tanto, si compras una almohada de espuma se recomienda dejar airear durante bastante tiempo, lo suficiente para que el olor a químico se desprenda progresivamente del producto.
Las almohadas hechas con espuma viscoelástica suelen ser las favoritas de muchos usuarios por sus múltiples beneficios. Pero, se debe hacer especial mención a su principal característica: su gran flexibilidad o efecto memoria.
Es tan alta su capacidad en este sentido que permite una excelente adaptación de la almohada ante la forma de tu cabeza para un mejor descanso, sin que deforme el producto. Una experiencia que disfrutarás durante mucho tiempo, ya que es un material de gran calidad; podrás conseguir modelos con núcleo de viscoelástica o de otro tipo.
También, podrás encontrar algunas almohadas de viscoelástica que integran otros tejidos para conseguir nuevos efectos. Por ejemplo, la almohada viscoelástica de aloe vera, la cual gracias a un tratamiento aplicado en su superficie a base de dicha planta, favorece la piel con suavidad, frescura y propiedades calmantes.
El punto en contra que pueden tener las almohadas viscoelásticas es que llegan a generar cierta sensación de calor en comparación a otros tipos, lo que puede resultar desagradable para algunos durmientes
Los usuarios adoran los productos de larga duración y por eso, las almohadas de látex han pasado a ser de las favoritas. Tienen una gran resistencia que la hace difícil de deformar con el tiempo, al contrario de como sucede con otros tipos.
Aunque, se debe tener en cuenta que es tanta su firmeza que no presenta la mejor adaptabilidad entre los tipos de almohadas existentes.
Se pueden conseguir modelos hechos de látex sintético, natural o mixto, pero las más recomendable son las almohadas de látex natural. La podrás conseguir con una mayor o menor dureza en el mercado, al usarla sentirás una especie de “efecto rebote” que con el tiempo de uso te acostumbras.
Adicionalmente, debes saber que una almohada de látex tiene propiedades hipoalergénicas. Por lo que, ofrecen un descanso más higiénico y seguro al durmiente al mantener lejos los ácaros. Considera que si buscas una almohada liviana puede que esta no sea ideal para ti, ya que es algo pesada.
Cuando se habla de almohadas tradicionales, se suele hacer referencia a las de fibra que, además, son de las más compradas por los usuarios debido a que son económicas. En sí se trata de una almohada con relleno de fibra de poliéster, el cual no se rige por algún estándar de calidad respecto al tipo de fibra y la cantidad en su composición.
Esto hace que se puedan conseguir en el mercado múltiples modelos de fibra, con tamaños y formas diferentes; de hecho su amplia diversidad hace que a veces se confunda con las de pluma. Incluso los niveles de firmeza también son variantes, siendo las almohadas blandas y ligeras las más fáciles de encontrar.
Una almohada de fibra resulta cómoda, transpirable, vuelve a su forma original una vez que se retira el peso de la superficie y ayuda a que los músculos se relajen. Además, también se considera que estas tradicionales almohadas evitan la proliferación de ácaros, bacterias y hongos.
Mientras que en las desventajas de estas almohadas de fibra está, que tienen cierta probabilidad de generar reacciones alérgicas, aunque son bajas. Y el apoyo o soporte ofrecido es algo deficiente, por lo que se suele recomendar el usar una almohada adicional si la tuya es poliéster para evitar daños en la espalda o cuello durante el sueño.
En un principio se podría pensar que la principal diferencia entre cada almohada radica en el material de relleno, pero la realidad es que ambas contienen plumas de ganso y pato. En cambio lo que si las distingue entre sí es el nivel de firmeza, las de plumón son menos suaves que las almohadas de plumas.
Aunque, se debe tener en cuenta que si prefieres un punto medio, conseguirás el equilibrio deseado en almohadas que combinan las de plumas y plumón para obtener un tipo mixto.
En general, las almohadas de plumas y plumón gustaban por ser cómodos en casi cualquier postura usada al dormir, ser suaves, con buena adaptabilidad y tener durabilidad.
Sin embargo, aunque son propiedades atractivas con el tiempo las de plumas y plumón han sido superadas por otros tipos de almohadas que no tienen sus desventajas.
Ya que, las de plumas y plumón también a su vez son propensas a causar alergias, no ofrecen la correcta alineación de la columna vertebral, cuello y cabeza, son difíciles de lavar y en días calurosos se conserva el calor corporal en la almohada.
Recuerdan un poco a las almohadas viscoelásticas por sus particularidades y capacidad para reducir los puntos de presión. Sin embargo, su capa de gel es lo que hace la gran diferencia en esta, especialmente al considerar cuando es un tipo de alta densidad que le confiere finura y calidad a las almohadas.
Otro parecido con la viscoelástica es que tiene una excelente adaptabilidad que la hace ideal para personas que presentan problemas de cervicales o dolor de espalda. Incluso, las almohadas de gel suelen contener un tratamiento antiácaros a partir de la integración de una microfibra interna especial para mayor seguridad para quienes sufren de alergias.
Pero, a diferencia de la viscoelástica, este tipo de almohada de gel ayuda a combatir el problema de calor. Al contrario incrementa la frescura para un descanso más óptimo y mayor facilidad al conciliar el sueño.
Por lo tanto, para quienes sufren de sudoración nocturna o calor, la almohada de gel es ideal. Y si te preocupa que cause mucho frío en épocas de invierno, solo deberás girar el producto para no usar el lado que presenta la capa de gel.
Conocer de antemano la información sobre el material de una almohada ayuda a definir sus datos y saber a qué perfil de durmiente le va mejor cierto tipo. Pero, hay algunos modelos de almohada que están diseñados para un uso específico. De esa forma, el usuario podrá disfrutar al máximo de sus beneficios al aprovecharse en las ocasiones apropiadas.
Las almohadas de este tipo son ideales para toda persona que sufre de molestias en el cuello y en los hombros. Para lograr esto los expertos del descanso suelen emplear aquellas hechas de espuma viscoelástica o látex, porque aportan un excelente soporte y favorecen la calidad del sueño.
Además, un aspecto clave en este tipo de almohada es el grosor, ya que al estar en posición lateral el cuello debe permanecer en una altura adecuada, una función vital en los productos para la cervical. 
Las almohadas terapéuticas son diseñadas especialmente para calmar los dolores o molestias que presenta una persona. Por supuesto, no todos los malestares son iguales, por eso existen dos tipos de productos para cubrir las necesidades del durmiente.
Primero, está la almohada terapéutica fría que para usarla se debe dejar reposar en la nevera por unos minutos previamente. Déjala allí hasta que se enfríe, de esa forma podrá causar un efecto refrescante y placentero en las personas. Este producto ofrece ventajas en caso de sufrir uno de los siguientes problemas:
Luego, está la almohada terapéutica caliente, para que funcione se debe colocar en el microondas por unos minutos o en un horno convencional estando previamente envuelto en papel aluminio. Posteriormente, coloca el producto en la zona que haya sido afectada para que cumpla su función.
Este tipo es almohada tiene ventajas y es recomendable para las personas que presenten uno de estos problemas:
Ya sea que uses la almohada terapéutica fría o caliente, verifica que alcance una temperatura adecuada que resulte agradable y genere el alivio esperado al cumplir su función con el uso.
Dormir estando embarazada es algo complicado, especialmente si se trata del último trimestre. Debido a que se considera que al tener la barriga de gran tamaño y pesada, es recomendable que estas personas opten por dormir de lado en el colchón.
Por lo tanto, para conseguir el merecido y necesario descanso que la embarazada requiere existen múltiples tipos de almohadas para usar en el período de gestación que ayudan a tener una buena postura de lado.
Por ejemplo, las hay de cuerpo completo, tipo cuña, tubulares, entre otras para acompañar el descanso en los colchones. Pero, independientemente de la que decidas usar, todas tienen entre sus funciones y ventajas al dormir de lado:
Si buscas una almohada para el último trimestre, entre los últimos datos a mencionar te recomendamos optar por las alargadas con forma de C o U. Ya que, al dormir lateralmente te permite obtener soporte para tu barriga y una de tus piernas para conservar una correcta postura de lado y mayor comodidad en el colchón.
Como puedes notar hay una gran variedad de almohadas, sin embargo gracias a sus particularidades se facilita un poco más la elección. Por ejemplo, si tienes un presupuesto muy limitado la almohada de fibra es la más accesible del mercado.
Para las personas que buscan un producto con menos químicos, las almohadas de látex natural son recomendables. Los que sufren de artritis se beneficiarán con las almohadas terapéuticas calientes y si padeces de sudoración nocturna, una de gel te encantará.
Si aún no sabes por cual va con tus gustos, puedes optar por las almohadas de viscoelástica que ofrece muchos beneficios para el cuello, cabeza y tu bienestar en general al dormir en tu colchón.
Te ayudamos a dormir...