Encontrar colchones de calidad para el bebé es algo difícil en ocasiones. Sin embargo, también están esos padres con talento artesanal capaces de crear maravillas para consentir al bebé. Ya sea que tu caso sea el primero o el segundo, hoy tenemos una solución para ti.
Te explicamos cómo elaborar un colchón para la cuna del bebé en tan solo 4 pasos, verás que resulta sencillo de hacer. Además, compartimos otros datos relevantes sobre los productos para el descanso de tu hijo que quizá desconoces o no sabes aún si es conveniente usarlos.
Desde la selección del mejor material para el colchón, hasta solventar las dudas más comunes sobre las almohadas, todo esto y más te lo contamos a continuación.
Los colchones de espuma suelen estar fabricados en poliuretano, y entre los mejores modelos, se obtiene resistencia y firmeza.
Para evidenciar si el colchón es de calidad, puedes probar presionando el centro y bordes del mismo, lo ideal es que recupere rápido la forma original sin conservar la forma de la mano. Un producto que permite que la cabeza del bebé se hunda por el peso, no es del todo conveniente.
Otro punto importante a constatar al indagar sobre espumas para colchón de cuna es la densidad, ya que básicamente es un equivalente a su calidad. Usualmente, en la descripción del producto se suelen conseguir algunos datos como este o se podría consultar en la tienda
Pero, si no es el caso, puedes optar por probar el nivel de densidad ejerciendo presión con tu peso en el centro del colchón con ayuda de ambas manos. Mientras más se unan estas, implica que hay una menor densidad en el producto, y un bajo nivel es sinónimo de poca calidad.
Ahora, tenemos algunos detalles sobre cómo elegir la mejor espuma de calidad para el colchón de cuna, pero ¿por qué seleccionar este material? Para comenzar es una opción más liviana y fácil de manipular cuando se requiera en comparación a otros, como sucede con los colchones de muelles.
Así mismo, no es tan elástico, lo que ayuda a prevenir que sea demasiado maleable y que al crecer el niño llegue a usar el colchón para saltar a modo de juego por su suavidad.
Dentro de la lista de opciones para la funda del colchón hay una amplia diversidad. Incluso no se trata de ver tan solo el material del cual está hecha, sino que de ser posible debes indagar sobre la composición exacta en el sitio web, ya que algunos fabricantes mezclan varios elementos, sustancias y telas para su creación.
Sin embargo, lo usual es que el mayor porcentaje se lo lleve el material que es nombrado principalmente al describir la funda de colchón. Dentro de los cuales, algunas opciones comunes son:
Si bien estas opciones pueden convenir más o menos a ciertos bebés, hay un consejo que siempre se recomienda seguir. Se trata de usar fundas de algodón de calidad para el colchón de cuna en los primeros 6 meses de vida del niño. Esto es así ya que hay probabilidades de que pueda presentar problemas de alergia; pasado ese tiempo, es posible variar los materiales con mayor tranquilidad.
Por lo general, los colchones que se incluyen en las cunas para bebés en el mercado no tienen las mejores características. Es común encontrar que son muy duros y finos, por lo que no confieren un descanso adecuado al bebé, lo que a su vez puede generar problemas en su desarrollo.
Por lo tanto, algunos padres prefieren optar por sustituir ese producto por una opción que transmite mayor confianza. Así que una alternativa es poner manos a la obra y crear tú mismo un nuevo colchón para la cuna con algunos materiales como tijeras, telas y agujas.
Quizá al principio puede parecer complicado, pero al leer detenidamente notarás como se trata de un trabajo muy sencillo de hacer, una experiencia que vale la pena gracias a que favorece el bienestar de tu hijo.
Aunque, para tener un mejor resultado, se recomienda elegir los materiales de mayor calidad sin sustancias dañinas que permitan crear un colchón con características favorecedoras para el buen dormir del bebé.
Para sacar el patrón hay dos posibles situaciones:
Ya sea en un caso u otro, la idea es que consigas dos piezas de patrones donde uno tiene mayor medida que el otro por 2,5 cm respecto a longitud y ancho.
Cortar la espuma no es muy complicado, para ello deberás usar el primer patrón que obtuviste. Solo debes cortar este y ubicarlo sobre el material, es recomendable usar alfileres para fijar el papel y evitar que se deslice con los movimientos.
Después debes seguir simplemente la silueta del patrón utilizado con las tijeras poco a poco para que no se haga un corte inadecuado. Es importante que con una cinta de medir verifiques cual es la medida de la circunferencia del material cortado.
Dobla la tela seleccionada a la mitad y ubica encima el patrón grande, procura que quede lo más cerca posible de un borde, aquí también usamos alfileres para fijar y luego cortar. Si es difícil cortar así, puedes hacerlo sin doblar.
A la medida de la circunferencia del material debes agregar 2,5 cm, el resultado obtenido te indicará el largo a mantener para cortar una tira de tela y respecto a su ancho, deja 6,3 cm.
La tira de tela se ubicará en los costados de la cubierta, aquí también debemos doblar a la mitad. Luego, hay que coser juntos los extremos dejando 1, 25 cm de margen en la medida original.
Uno de los bordes de la tira de tela pasará a colocarse en el fondo de la cubierta y procura dejar una medida de unos 20 cm que deben permanecer sueltos.
En la cima de la cubierta, fija el otro borde de tela con alfileres y luego cose en el fondo de los costados mientras dejas un margen de 1,25 cm; deja igual los 20 cm antes indicados sin fijar.
Posteriormente, es momento de coser la cima de la cubierta a los lados dejando un margen de 1,25 cm. Luego, corta unos 6 mm del mismo margen dejado alrededor y procede a dar vuelta a la cubierta de adentro hacia afuera.
En este punto solo queda meter la espuma cortada previamente dentro de la cubierta de tela que se ha realizado en el paso anterior. Al hacerlo procura ajustar bien todo el contenido a la medida para evitar que haya protuberancias y otras molestias.
Queda la abertura de 20 cm que no se tocó en ningún momento, debes introducir los bordes de 1,25 cm excedentes y cerrar con alfileres. Finalmente, con aguja e hilo debes coser toda esta sección con cuidado para que quede bien sellada y listo.
Los protectores para colchones tienen la finalidad de retrasar un poco el desgaste del producto, que sucede de forma natural con el tiempo. El utilizar estos artículos en las cunas permite conseguir varias cosas como evitar la suciedad, elementos alérgenos y mantener la pulcritud para mayor seguridad en el cuidado de la salud de los niños y niñas.
Dentro del mercado se puede conseguir una amplia variedad de modelos, de hecho se podrían agrupar en impermeables y no impermeables. Estos primeros suelen ser una opción preferida por muchas personas y padres debido a que es normal que ocurra algún derrame de líquido biológico en el colchón durante el sueño del bebé en casa.
En consideración de ello, hay protectores para colchón para cunas que actúan eficientemente ante derrames de líquidos e incluso pueden presentar otras ventajas como la transpiración. Y es que un aspecto a tener en cuenta es que a veces en modelos impermeables la circulación del aire puede ser deficiente.
Usualmente los protectores impermeables para colchones están fabricados en poliuretano y PVC. Uno de estos materiales están en una cara y cuenta por lo general en la otra cara con elementos agradables como el algodón que ofrecen confort.
De esa manera, no se trata solo de lidiar con el líquido, sino que se incrementa el confort para que el bebé tenga más comodidad mientras duerme en casa.
Aunque de hecho, las sábanas de la ropa de cuna que tienen en su interior algodón contribuyen con la higiene al tener capacidad de absorción. Por otra parte, se trata de un material que regula la temperatura corporal y evita la humedad, por lo que a través del mismo ofrece un descanso más fresco y seguro al bebé.
Confundir la funda con el protector es algo que a veces pasa. Sin embargo, hay que tener claras sus diferencias, ya que, esto será lo que nos permita poder descifrar si conviene una opción u otra para la cuna del bebé. Por lo tanto, vamos a ver qué ofrece cada una:
Cuando somos adultos, la almohada en la cama se vuelve un elemento común y esto nos hace pensar que en la cuna del bebé tampoco puede faltar. Sin embargo, al contrario de la impresión que pueda generar el no dormir con ella, la recomendación es que se deje a un lado por unos meses.
De hecho, hasta que un bebé no alcanza los 2 años de edad, no hay motivos para colocar una almohada en su cuna, ya que esto no implica mayor comodidad. Y esta recomendación se encuentra basada prácticamente en dos razones:
Por esos motivos, se trata de situaciones que pueden atentar contra el bienestar de los bebés. Al respecto, la Asociación Española de Pediatría (AEP) comparte cierta información que indica que no se trata únicamente de consecuencias que se pueden generar por una almohada, sino por otros elementos.
En vista de ello, entre las recomendaciones se tiene que en la cuna no hay que colocar estos objetos, ni edredones, juguetes blandos ni cualquier otro elemento similar que sea riesgoso para la salud del niño.
Entonces, como se mencionó antes, la almohada podrá colocarse en la cuna cuando el bebé cumpla los 2 años de edad. Tomando como consejo elegir una que no sea demasiado alta, es recomendable seleccionar un modelo más plano que no sea muy suave y que su ancho abarque todo el espacio horizontal de la cuna. La idea es que cuando el niño use la almohada el cuello quede recto en una buena postura.
Ahora, si tu hijo aún no llega a esa edad pero notas que está algo reclinado, puedes colocar una toalla debajo de su cabeza para mayor comodidad. Eso le dará una buena altura sin que sea demasiado, además de que le ofrece la firmeza necesaria.
Darle a tu hijo un colchón que sea bueno para su descanso y desarrollo es un proceso que comienza desde la selección de los materiales. La espuma es una opción común y adecuada, recuerda elegir aquella que tenga buena densidad y poca adaptabilidad para disfrutar de sus atributos.
Al buscar materiales para la funda prefiere aquellos naturales y aptos para el bebé como el algodón. De esa manera, podrás tener tu propio colchón para la cuna del niño en 4 pasos:
Así solo faltará determinar si quieres utilizar un protector, que recomendamos seleccionar uno impermeable con buena transpiración. Además, recuerda agregar almohadas a la cuna solo si tu hijo tiene 2 años de edad o más, de esa manera al considerar estos aspectos conseguirá mejorar su descanso con tu ayuda.
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