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Tener sábanas sucias en la cama es desagradable durante el sueño y una posible fuente de problemas en la salud. Por eso, todos queremos mantener la cama limpia en casa, pero ¿cada cuánto hay que cambiar las sábanas? Salir de dudas sobre el tiempo correcto puede ayudar a no lavar en exceso ni a acumular suciedad que sea perjudicial para nosotros.
La ropa de cama es lo más superficial, justamente, en las camas. Debido a ello, están constantemente recibiendo polvo, diferentes agentes externos del ambiente y hasta los propios elementos procedentes de nuestro cuerpo.
Para que tengas una idea de esto, solo considerando el cuerpo del durmiente, se deposita diariamente en las sábanas: saliva, sudor, restos de piel muerta, pelos y maquillaje. Mientras que otros son ajenos al cuerpo y serían algunos como:
Estos elementos trabajan en conjunto para fomentar el deterioro de la higiene de la ropa de cama y hasta atentar contra la vida útil del colchón. Por ejemplo, la saliva y el sudor son útiles para que la cama se convierta en un nido ideal de bacterias o las células muertas de la piel, el alimento de los ácaros.
Cuando pasa bastante tiempo sin que se cambien las sábanas de la cama, resulta fácil que la situación de salubridad empeore. Además, también hay consecuencias a nivel salud en la persona afectada, por ejemplo, los ácaros suelen ocasionar alergias que causan erupciones en algunas zonas de la piel.
Algunos creen que al haber menos calor en invierno, es lógico que las sábanas se ensucien menos y necesiten una limpieza con menos frecuencia. No obstante, no es del todo cierto, ya que si bien la sudoración suele ser menor en la mayoría de los usuarios, hay que recordar que no es el único factor culpable de la suciedad de la ropa de cama.
Por ejemplo, cada día se desprenden restos de células muertas de la piel y sigue saliendo saliva de la boca al dormir. Por lo tanto, cumplir con el lavado de las sábanas una vez a la semana es lo mejor que se puede hacer, pero si no resulta posible, mínimo hay que cambiar la ropa de cama cada dos semanas.
Una vez que vuelva la época de verano, entonces es recomendable volver a la limpieza regular de forma semanal como mínimo. Ciertamente, en ese tiempo la sudoración es mayor a causa de los altos niveles de temperatura, favoreciendo la proliferación de microorganismos.
Ya hemos dado a grandes rasgos una idea sobre la frecuencia del lavado de las sábanas de la cama. Si nos guiamos entonces por pautas generales, se podría decir que el tiempo ideal para realizar el cambio de prendas es una vez a la semana.
Aunque, vale destacar que esto no es así necesariamente, ya que dependiendo de ciertos factores, el tiempo puede ser mayor o menor. Es decir, la flexibilidad puede darse en determinados casos o por el contrario, habría que ser más estrictos.
Cuando se habla de factores que puedan modificar dicho tiempo para lavar las sábanas, se trata de agentes externos y particularidades de los durmientes. Las personas que sufren de sudoración nocturna deberán ser más estrictos con la limpieza de las prendas que un usuario promedio, por ejemplo.
Así mismo, los hábitos de las personas también influyen en ello, por ejemplo hay mujeres y hombres que prefieren dormir desnudos. A nivel dermatológico no está mal, porque se facilita la eliminación de células muertas y la respiración de la piel. Sin embargo, hay que tener en cuenta que también incrementa el nivel de suciedad en las sábanas.
Decir cada cuánto debemos cambiar las sábanas en casos específicos puede ser muy variante la frecuencia. Uno de estos son los bebés, ya que son muy delicados y a veces tienen derrames de orina. Por eso, agregar a la cuna un protector de colchón y lavar las sábanas diariamente, es una buena idea para mayor salubridad y eliminación de los microorganismos.
Similar a esto es el caso de los hombres y mujeres enfermas, ya que suelen pasar muchas horas acostados en la cama. Hay que recordar que entonces no solo se trata de la acumulación de líquidos biológicos, células muertas de la piel y otros agentes habituales, sino de virus y gérmenes del cuerpo afectado.
Teniendo esto en cuenta, debemos cambiar las sábanas cada dos días y si llega a haber fiebre, se puede aumentar la frecuencia del cambio de textiles una vez al día.
La humedad y una temperatura media a alta son los principales enemigos de la higiene de la cama. A la vez son grandes elementos que propician la proliferación de ácaros, bacterias y hongos como explican los expertos. Por lo tanto, un aspecto clave para evitar que las sábanas, colchones y almohadas de la casa se ensucien tanto es ventilar.
No hay que hacer grandes maniobras, al levantarte por la mañana no hagas la cama de inmediato. Deja pasar unos 10 minutos para que la cama se airee y se enfríe, así se reduce la capacidad de desarrollo de las bacterias.
Si por la noche sudas mucho, date una ducha antes de ir a la cama. Si realizas algún tipo de rutina de cuidado de la piel aplicando cremas, procura hacerlo tiempo antes de ir a dormir para que sequen bien y no manchen las sábanas.
Otros detalles pueden ser evitar el ingerir alimentos o bebidas en la cama, ya que a veces de manera accidental se terminan derramando en las sábanas. Si tienes mascotas y quieres dejarlos subir a tu colchón, entonces mantén siempre limpios los animales y lava la ropa de cama con mayor frecuencia.
Si cambias las fundas de las almohadas y las sábanas, pero las demás prendas o productos no se limpian, se tratará de un esfuerzo en vano. Esto se debe a que la suciedad de una ropa pasará a la sábana limpia que se ha colocado en el colchón, manteniendo los mismos problemas.
Por eso, si usas edredones finos o mantas en épocas de verano, la recomendación es lavar al menos cada 4 meses, aunque si es un modelo de plumas puedes esperar 6 meses. Pero, en casos donde el uso es poco frecuente debemos cambiar las prendas una vez al año.
En el caso de la colcha u otro tipo de prenda similar que se usa para decorar la cama, se recomienda sacudir eventualmente para airear y eliminar los posibles ácaros almacenados, mientras que el lavado puede efectuarse cada 6 meses.
Lo ideal es cambiar las sábanas semanalmente o al menos cada dos semanas. Sin embargo, dependiendo del caso exacto puede ser menor o mayor la frecuencia, por ejemplo:
De igual manera, no olvides cambiar lo demás como las fundas y los edredones cuando vayas a lavar tus sábanas en la lavadora en el hogar. Así se realizará una limpieza completa para evitar problemas de salud y tener un sueño más agradable.
Te ayudamos a dormir...